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Aug 31

FOMO vs. JOMO: Por qué  es importante abrazar el “Disfrutar de Perderte Algo”

La mayoría de nosotros alguna vez hemos sentido el pulso del FOMO, o “miedo a perderse algo”. Es fácil caer en la trampa de sentir la necesidad de ir a una conferencia, webinar, evento, viaje, trabajo, lugar o hasta compra que aparezca imperdible o “el popular” en nuestro camino. ¿Pero, realmente qué tan valiosas son estas actividades en el escenario de nuestras vidas? ¿Realmente contribuyen a tu desarrollo personal o profesional, o son distracciones que nos alejan de enfrentar nuestro camino y retos  verdaderamente importantes?

En mi artículo anterior llamado: “10 claves para desarrollar la capacidad de enfocarse y ser más productivo”, comenté que uno de mis autores favoritos ha sido Cal Newport, autor de “Deep Work”; olvide mencionar que en toda conferencia que comparto hace algunos años hay un slide dedicado a libro mencionado que argumenta que la calidad del trabajo que realizamos está directamente relacionada con el nivel de enfoque que le dedicamos. En otras palabras, antes de dejarte llevar por la corriente de FOMO y apuntarte a cualquier acto o escena “imperdible”, detenernos y preguntarnos sí: ¿Esta actividad nos permitirá sumergirnos profundamente en lo que realmente es crucial para mí, o sólo servirá para fragmentar aún más mi atención?

Hoy tuve un imaginario divertido: pensaba sobre los “superhéroes”. Y me imaginaba sobre cuál sería el estilo o representación de superhéroes que expusiera de manera exagerada las capacidades claves que se necesitan en el contexto de la vida en el día a día para ser productivos y lograr un contexto de bienestar personal. Uno de ellos sería el “Super JOMO”. 

En este escrito, quiero explorar algunos de mis entendimientos y herramientas para superar el FOMO y canalizar tu energía hacia un enfoque más profundo y significativo, alineado con nuestras prioridades. Aprendiendo cómo la toma de decisiones más conscientes puede liberar tiempo y energía para lo que realmente cuenta en tu vida personal y profesional. Un acto más que puede ser útil para las herramientas de  “aprender a vivir” para algunos.

Entendiendo el FOMO 

La neurociencia aclaró hace algunos años que nuestro cerebro procesa, en promedio, 6.200 pensamientos por día. Esta predisposición biológica, ubicada en un contexto político, económico y sanitario acelerado e hiperconectado, ha sido una buena mezcla para que los Millenials experimentemos ansiedad, estrés y miedo a quedarnos al margen de conocimientos o interacciones “relevantes”. 

Ya sabemos que, cuando todo parece relevante, resulta difícil calibrar nuestro criterio y voluntad para filtrar, desechar o ignorar todo aquello que sobra. 

En 2002, una historia universitaria y un meme lograron ejemplificar una situación vivida por miles de personas, dieron origen a la expresión Fear of Missing Out (FOMO), descrita de manera muy amena por su creador en este artículo.  El FOMO es un acrónimo efectivo para apelar a varios miedos frecuentes en la sociedad actual: miedo a ser excluido, a ser relegado y a quedarse al margen de conversaciones y momentos relevantes para los grupos sociales y profesionales de los que se participa.  En este contexto, los medios digitales surgieron como un garante de satisfacción, siempre y cuando, las personas cumplieran algunas reglas, como sentir la obligación de estar conectados, informados e involucrados en las tendencias. 

JOMO(Joy of missing out): al rescate.

A medida que esta generación fue madurando y alcanzando su cúspide de estrés durante y después de la pandemia de COVID19, surgió el deseo de bloquear, deliberadamente, el torrente de información disponible, como medida para evitar estados de estrés físico y mental. 

Algunos afirman que el primer síntoma de JOMO suele ser el ayuno digital, que consiste en programar un tiempo de desconexión frecuente y bloquear el contenido de noticias de los dispositivos.

Fue así como, mientras en las generaciones precedentes se tenía en un alto nivel de prioridad el conocimiento actualizado y profundo de la realidad de todas sus esferas de influencia, los Millenials y las generaciones siguientes han optado, con cada vez más orgullo, por evitar contenidos de noticias y ciertas interacciones sociales, que antes no eran vistas como un sacrificio.

Además de tomar una sana distancia con lo que consideran prácticas estresantes, se ha entendido que la depuración de la información y de las interacciones devuelve a las personas la sensación de control sobre la vida propia.

De hecho, se ha llegado a analizar que el éxito de los servicios de entretenimiento por suscripción radica en que fue una solución que permitió a esas generaciones, permanecer en la comodidad de su casa, controlando (o sintiendo tener el control) sobre los contenidos que consumen. Un 78% de millenials participantes de un estudio realizado en el Reino Unido afirmaron que sus suscripciones les generan retribuciones emocionales asociadas con el JOMO.

Así que la mentalidad JOMO prioriza el autocuidado y las conexiones o reflexiones significativas, por encima del acceso a grandes volúmenes de cada una de estas. Nos invita a reconciliarnos con el establecimiento de límites y a dar valor a la decisión de no participar de TODAS las ocasiones ni conversaciones. Nos recuerda nuestra capacidad de elegir cómo invertir nuestros recursos (tiempo y energía) de manera equilibrada, serena y eficiente.

Como analizaremos, esta mentalidad no busca convertirse en una excusa para ignorar las realidades, sino en una fórmula para observar nuestro relacionamiento con la información y gestionarlo a nuestro favor. Es un recordatorio de que nuestra Inteligencia Emocional también es aplicable a la gestión de la información y a la necesidad de transformar nuestra relación con los ecosistemas digitales.

Es sorprendente saber que Randy ZUCKERBERG, hermana del CEO de META y miembro de la compañía hasta 2011, fue quien popularizó la expresión JOMO, promoviendo hábitos de desconexión digital orgullosa y voluntaria, tras escribir su libro (best seller) Dot Complicated, en el que afirma que somos la servidumbre de las redes sociales.

La Economía de la Atención o Economía Amarilla (Yellow Economy)

Aunque no lo parezca, este par de tendencias habitan en un tema de conversación más profundo y actual de la agenda global: la economía de la atención. 

Como mencioné antes, junto con el tiempo y la energía personal, la atención es parte de nuestros principales recursos. Estos Big Three, son recursos intangibles, valiosos y escasos.

La Asociación Estadounidense de Psicología la define como el estado en el que se dirigen recursos cognitivos hacia ciertos aspectos del ambiente. Y algunos calculan que su valor se determina en función del tiempo en el que permanecemos enfocados en un asunto en particular. 

El Nobel de Economía Herbert A. Simon la definió, a principio de los años 60 como el cuello de botella del pensamiento humano, pues limita lo que podemos percibir y hacer en ambientes con alto volumen de estímulos; Simon también caracterizó el problema de la sobrecarga de información, analizando que grandes cantidades de información actúan en detrimento de la atención. Y afirmó que este era un problema económico.

A inicios del milenio fue claro que el volumen de información generada era muy superior a la capacidad de los humanos de “recibirla”. Solo el 0,5% de los datos se alcanzaban a analizar (consumir, atender). Y fue en este contexto en el que se abrió la puerta para el desarrollo del Big Data como ciencia, se entendió el alto valor de la atención y se reconoció que la información era un recurso barato (por su altísima disponibilidad). 

También tuvo origen el planteamiento de la Economía de la atención como concepto. Davenport y Beck, 2001, explicaron que es una forma de gestión de información que permite la creación de modelos de negocio diseñados para atraer la atención humana y sus datos personales (sin pagarles) para generar valor económico a través de ellos.  

A escala industrial, es el valor económico generado por las transacciones basadas en la atención y los datos personales de los usuarios de las diferentes plataformas en la era digital. Este modelo llamado por los investigadores “Extractivo” ha demostrado generar consecuencias en la mentalidad y decisiones de los humanos; pues, de un lado, aún no es claro si nuestra atención es un trabajo, una mercancía o un factor de producción; y de otro, ha generado una disminución en los periodos de atención o interés colectivo en temas relevantes para la sociedad, que no corresponden con la complejidad de entenderlos y solucionarlos, lo que tiene implicaciones sociales y políticas más amplias y aún poco comprendidas.

La atención en el mundo empresarial

Es frecuente observar emprendedores y ejecutivos en dos situaciones relacionadas con la gestión de la atención, que bloquean su crecimiento: 

  • Aquellos que consumen, sin límite, información sobre su actividad, y convierten esta práctica en un hábito y que se inserta en el modelo mental, creando el clima perfecto para la falta de enfoque. Este es el perfil del líder que se antoja de hacer todo lo que ve a otros hacer, que pretende hacer todo lo que cree que “está a la moda” y que actúa, normalmente, sin saber por qué. 
  • Los ensimismados en su operación cotidiana y aislados de cualquier conocimiento relevante y actualizado que les permitiría contar con un mejor entendimiento del mercado y de los recursos financieros, tecnológicos u operacionales a los que pueden acceder. Estos son líderes con dificultades para escuchar y con poca capacidad de innovación.

Así que el desafío real es elegir conscientemente las actividades e información que están alineados con nuestros objetivos de negocio. Es nuestra labor hacer lo posible por no reflejar ninguno de esos extremos.

Ahora sí: ¿Cómo salir del bucle?

Aquí van algunas prácticas de consumo de información que me han ayudado a mantener una mente en paz:

  1. Autoevaluación Continua: Antes de comprometernos con cualquier evento o actividad, por favor hagamos una pausa para reflexionar sobre el verdadero valor para ti. Hacernos la pregunta: “¿Esta actividad me acerca a mis objetivos personales o profesionales?” Si la respuesta es “no”, podría ser una señal para reevaluar si realmente vale la pena tu tiempo y atención.
  1. Establecer Prioridades Claras: Tener un conjunto definido de metas y prioridades nos dan un marco para tomar decisiones más enfocadas. Cada vez que nos encontramos con una oportunidad, compararla con nuestros objetivos y considerar si encaja dentro de nuestras prioridades. Si no lo hace, será más fácil rechazarla sin experimentar FOMO. Celebrar que liberamos tiempo para una tarea, llamada, contacto o momento clave para nosotros.
  1. Practica el “JOMO” (Joy of Missing Out): Aprendamos a encontrar alegría en la decisión consciente de no participar en actividades que no se alinean con nuestros objetivos o priorizan las personas o espacios más importantes para nosotros. En lugar de sentir que nos estamos perdiendo algo, celebrar el tiempo y la energía que se ha liberado para brindar un poco de nuestra energía a un momento, personas, espacio, contenido o actividad que es realmente importante para nosotros.
  1. La atención (como el tiempo y la energía), es nuestra inversión más valiosa. Así que elige información y conexiones que te generen rentabilidad emocional y profesional. 
  1. Para asegurar que tu balance de atención siempre esté a tu favor, se consciente de que no existe la obligación de responder inmediatamente los mensajes que recibas. Tal como mencioné en el artículo sobre energía, comunicarles a tus conocidos que responder siempre de manera inmediata no es una práctica que quieras conservar en tu vida.
  1. Fijar horas específicas (trabajar con tiempos bloqueados) para la exploración de información, evitando que esto consuma o desborde el tiempo de las demás actividades y compromisos. Detectar las horas o los momentos de nuestra vida cotidiana en las que somos más vulnerables a scrollear a merced de los algoritmos de las redes sociales.  Son los momentos en los que tomas tu teléfono casi sin pensar; frecuentemente son: la hora de almuerzo, cuando te vas a la cama e incluso cuando estás en el baño. Recuerda la importancia de incluir espacios de descanso, desconexión y contactos de calidad en tu rutina. Para esto, puedes hacer uso de las aplicaciones de bienestar digital, franjas de desconexión y botón de silencio en las noches.
  1. Seamos audaces eligiendo fuentes de información que hagan el trabajo por ti. Si quieres conocer sobre un tema en particular, busca entre 2 y cinco artículos en revistas científicas o buscadores especializados como este, donde puedas acceder a documentos con una óptica informada. Complementa el proceso con una revisión enfocada en tu tema de interés, en fuentes reconocidas (WEF; BID; HBR; McKinsey Statista y muchas más). Y, aunque muchos de los documentos se encuentran en inglés, no dudo que encontrarás en ellas información de altísimo valor y fácil herramientas de traducción. Rodearnos de fuentes de información de calidad.
  1. Evitar aislarnos. Ningún exceso (FOMO o JOMO) te acercará a la satisfacción personal. Refiriéndose a ese equilibrio, entre esos dos modelos mentales, encontramos el NEMO (nearly, but not fully Missing out). Pero ya estuvo bien de acrónimos por esta ocasión. Solo recuerda la importancia del equilibrio.

Les deseo un feliz disfrute en liberar energía para sí mismos, lo, y los que valoran. Vamos a recuperar, compartir y disfrutar cada minuto de nuestra atención. 

@andreherca

#ayunodigital #fomo #jomo #worklifebalance #attentioneconomy #yelloweconomy

Fuentes de consulta : 

Forbes India-Evolving from FOMO to ROMO — the relief of missing out

BBC Ideas Reel

Paper-JOMO: Joy of missing 

Article-The Independent UK

NBC-Windham pone lock discount

JULY 2023 GLOBAL STATSHOT REPORT

DIGITAL 2023: GLOBAL OVERVIEW REPORT

ATTENTION ECONOMY-UNITED NATIONS

BERKELEY ECONOMIC REVIEW-The Attention Economy

FORBES-Standing out among the noise

ABC España-Ayuno Digital

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Construyendo: holaflexio.com. Apoyando grandes personas, creando grandes compañías. Hoy motivado por: Product and Growth Strategy. Productividad de las PYMEs, Alimentación Consciente, Sostenibilidad y Agua.